Carta de identidad gráfica para el Congreso
Estas palabras describirán el proceso de ideación y trabajo de los conceptos que hemos sintetizado para poder diseñar la imagen del congreso, en la que hemos tratado de comunicar lo siguiente: la Iglesia Católica tiene interés por la educación, le ha importado durante siglos, le importa ahora y le importará en el futuro. Lo que hemos resumido en la siguiente frase: “La Iglesia en la Educación. Presencia y Compromiso”.
La elección de la tipografía también ha sido muy calibrada, es intencionado que al mismo tiempo transmitiera presencia con unas letras gruesas (La Iglesia en la Educación) en un estilo que evocara el colegio y las pizarras, y por otro lado que la persona y la sociedad se sintieran acompañados (Presencia y Compromiso) con otra tipografía que tuviera la calidez y humanidad de la caligrafía o de la escritura hecha a mano. Sin perder de vista la convivencia con el diseño elegante y dinámico que pretendemos en el conjunto.
Además de este mensaje, el congreso consta de una serie de ámbitos específicos de participación. En ellos se expresan nueve matices de esta presencia y compromiso de la Iglesia en nuestra realidad social, lo que les atribuye cierta importancia y tendrán su propia iconografía.
Por tanto, los elementos de diseño con los que jugaremos serán nueve personalidades diferentes que a su vez forman parte de una misma identidad, es decir, nueve ambientes de la educación dentro de la iglesia. Al principio valoramos la forma del poliedro, una imagen muy usada por el papa Francisco como pieza clave para crear una cultura del encuentro y con una traslación muy directa de nuestras intenciones. También valoramos desarrollar nuestras propias piezas tipo “tangram” en las que la suma de varios elementos diera como resultado una imagen diferente. Pero en ambos casos aunque la conclusión final era una figura reconocible e interesante, lo hacía en detrimento de las pequeños elementos parciales que lo componían. Por no hablar de que la configuración de piezas individuales no resultaba equitativa ni en tamaño ni en forma, algo que va directamente en contra de uno de los valores del proyecto que cree firmemente en la igualdad e importancia entre los ámbitos.
En varios procesos de pensamiento comenzó a resaltar en nuestros bocetos una idea tremendamente sencilla pero con muchísimo poder simbólico: el bocadillo de un comic.
- Era una forma que por un lado nos ponía a la persona en el centro, pues a través del bocadillo se le daba voz.
- Por otro lado expresaba un diálogo, pues colocados en conjunto, todos los ámbitos expresaban una conversación generando sujetos en relación.
- También resultaba intergeneracional, ya que a todos nos es un objeto reconocible tengamos la edad que tengamos.
- Nos permitía hablar de espiritualidad e interioridad a través de una cruz dinámica y en movimiento, que troquelada a la forma de cada bocadillo expresaba apertura y escucha tanto a su homólogo como al resto de la sociedad en la que se insertan.
- Además, esa misma cruz nos daba claramente la identidad católica que estábamos buscando.
Al mismo tiempo, posicionar las cruces a uno y otro lago del bocadillo reitera la idea de generar dinamismos de diálogo y encuentro entre los diferentes ámbitos simulando no sólo conversaciones entre diferentes personas o instituciones, sino el compromiso de un diálogo abierto a toda la sociedad.
Para fortalecer la personalidad de cada uno de los ámbitos (cada uno está llamado a entregas y servicios diferentes dentro de la educación) ha sido fundamental construir una carta de colores amables y distintivos, que siendo diferentes puedan maridar cuando están todos juntos y visualmente transmitan armonía sin identificarse a ideologías ni simbologías presentes en la sociedad. Están elegidos para ser combinados en triadas y que a su vez cada triada se sincronice con sus homólogas, consiguiendo equilibrar los nueve colores.
Además como cada uno de los ámbitos va a tener un espacio de expresión independiente en el Congreso, hemos diseñado para su “bocadillo/diálogo” un pictograma representativo que favorezca su asociación mental a la dedicación que realiza.
Finalmente la posición de cada bocadillo tampoco es aleatoria, puesto que la “presencia y el compromiso” han sido todo un camino de la Iglesia a lo largo de la historia de la humanidad y a través del mundo que habitamos y nos acoge, hemos sugerido un trazado con tramos curvos, rectos, subidas, bajadas, vueltas a tras, nuevas sendas, en definitiva un camino abierto y que proyecta futuro. Sobre este dibujo, se han ido colocando los bocadillos a modos eventos, pasos, nodos o conexiones, con la clara intención de indicar presencia.
Javier Carabaño
Dirección Creativa
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